Autor Michael Riche-Villmont (Copyright)
Principios de septiembre en la provincia de Tarragona es una época que muchos turistas la esperaban con gran interés. Es una de las mejores épocas del año en la Península Ibérica para combinar el descanso, la relajación en la Costa Dorada, con el turismo cultural, histórico, aquí intersectándose la ruta templaría (Miravet-Tarragona-Tortosa), con la ruta Jaime I (Barcelona, Tarragona, Salou, Tortosa, Mallorca, Valencia) y la ruta de la leyenda de Melissa Isabela de Salou (Tarragona, Salou, Reus, Tortosa).
Por lo tanto es explicable el hecho de que el reencuentro con la ciudad Tortosa, esperado con ansia y con algo de emoción, realmente lo hemos disfrutado. La ciudad hermosa, tranquila que se extendía orgullosamente a lo largo de las amigables orillas del río Ebro, con las espléndidas construcciones antiguas, medievales, muy bien destacadas, creaban esa atmósfera tradicional inconfundible del lugar en el que la historia logra armonizar la época de esos hidalgos medievales, con la época de sus descendientes de hoy en día. Armoniza a lo largo de los siglos a las generaciones de auténticos iberos y les protege la continuidad espiritual, nacional, las tradiciones locales, el idioma y la cultura por las cuales sus antepasados han luchado. Y no es el único lugar de la Península con un semejante mensaje. Así como nos muestra la tradición, la historia y el espíritu español, todas las tierras ibéricas, testigos de los sacrificios medievales, unen y armonizan las comunidades locales tradicionales y las obligan a seguir. Es lo que he averiguado justo desde el primer día de mi investigación anterior en la Provincia Tarragona y Terres del’Ebre.
Estaba diciendo que el reencuentro con Tortosa fue un placer para nosotros. Hace unos años he conocido una pequeña parte del pasado de estos lugares, durante la investigación sobre la historia de los siglos XII y XIII en la provincia de Tarragona y en la provincia de Valencia. Entonces he conocido cosas increíbles sobre los acontecimientos históricos de la época, sobre el rey Jaime I de Aragón, los condes de Barcelona, Melissa Isabela de Salou[1] y las leyendas que tienen como personajes principales a estos héroes ibéricos. Y simplemente, Cornelia y yo, nos hemos enamorado de estas tierras, del espíritu y de la tradición de estas personas maravillosas. Hemos seguido sus pasos en la Costa Dorada, en los lugares donde estos héroes han vivido, han luchado, han amado y se han sacrificado. Lugares donde han hecho historia. Uno de estos lugares es Tortosa.
Antiguo asentamiento ibérico de la provincia de Tarragona, Terra de l’ Ebro Tortosa está ubicada en la orilla del río Ebro, a unos aproximadamente 30 kilómetros al Norte de la costa del Mediterráneo. Se sabe que en este lugar hay desde la antigüedad un asentamiento próspero, debido a las condiciones locales de las mejores (agua, montañas, bosques, como lugar de refugio y caza, clima cálido). Durante el período romano ha conocido un desarrollo importante, siendo denominada Dertusa, y en el período de los moros casi 400 años se ha convertido en un importante centro agrícola y comercial. Los moros han construido una fuerte fortaleza de defensa en una roca justo en la orilla del río, el castillo de Zuda. Conquistado por el conde de Barcelona en el año 1148, el castillo ha sido fortalecido, convirtiéndose en una fortaleza fuerte para los invasores moros y ha sido denominada Castillo de San Juan de Tortosa. Hoy en día, el castillo fortaleza, en su estado en el que se encuentra, puede ser admirado en todo su esplendor arquitectónico e histórico.
En los primeros dos días de nuestra estancia en Tortosa hemos visitado nuevamente el Castillo de San Juan (de Zuda), la Catedral de Santa María y el Museo de Tortosa. Lugares impresionantes, llenos de historia, de leyendas, pero también de muchos misterios históricos aun por descubrir. Hemos tenido el privilegio de ver en el interior de la catedral un escudo de armas, el emblema de la primera orden caballeresca femenina de la Península, probablemente también del mundo: un hacha de combate en el escudo. Sobre su significado he escuchado muchas cosas interesantes que teníamos la intención de profundizarlas. De hecho, nos detuvimos en Tortosa para la gran fiesta de la Virgen de la Cinta, en el primer domingo del mes de septiembre. Las actividades ocasionadas por esta fiesta duran por costumbre de cinco a seis días, culminando con la procesión del domingo.
Santa María, Virgen de la Cinta[2], ha sido declarada patrona espiritual de la ciudad Tortosa en 1863, la catedral teniendo como patrona a Santa María. Se dice que en una noche del mes de marzo de 1178, la Virgen María se ha aparecido a un sacerdote justo en la iglesia y le ha dado una cinta y también la bendición por su devoción y fe. La aparición ha sido consagrada por la Iglesia Católica, en enero de 1617 siendo creada, en Tortosa, una orden religiosa, llamada La Cofradía de Santa María de la Cinta,[3] la denominación de hoy en día Real Archicofradía de la Cinta, con el propósito de la devoción, con el apoyo del obispo Luis de Tena. Tres siglos más tarde ha sido creado también un himno de la Virgen de la Cinta.
Por lo tanto, el siguiente día, domingo, hemos participado en la fiesta de la Virgen de la Cinta, La Virgen María de la cinta, (Mare de Déu o Verge de la Cinta, en catalán). Es una de las fiestas más importantes de Tortosa, en la que participan decenas de miles de habitantes y turistas. La invitación para que participemos también nosotros a esta fiesta ha venido del Dr. Ramón Díaz de B., un conocido historiador de Valencia, quien nos ayuda a la investigación sobre la campaña de 1229 del rey Jaime I. Él también había sido invitado por sus parientes de Tortosa, quienes nos fueron buenos guías.
La procesión, compuesta por sacerdotes y miles de personas que acompañaban a la estatua de la Virgen, ha comenzado en la Catedral, ha continuado a lo largo del bulevar y varias calles y se ha terminado en la Catedral, con el himno dedicado a la Virgen de la Cinta. Una magnífica procesión, llena de alegría por la devoción, en la cual han participado también las decenas de miles de personas que asistieron en las aceras a lo largo de las calles y en la plaza de la Catedral. Han llegado a Tortosa para esta fiesta también turistas de toda Europa, junto con fieles de toda España. ¡Impresionante!
Vimos con mucho gusto el desfile de los sacerdotes que precedían la estatua de la Virgen de la Cinta, llevada en un carro alegórico, seguido por decenas de damas con vestidos largos rojos o azul cielo y cintas del mismo color en la cabeza. Encima de los vestidos llevaban capas de longitud media. Una interesante combinación de patrones y colores. Luego, venían los miembros de la banda, vestidos con ropa de fiesta, su música específica deleitando la gran columna de personas que se extendía más de un kilómetro. Un espectáculo espléndido, vivido por toda la multitud de personas.
– ¡Qué ropa tan hermosa usan las damas! ha dicho Cornelia. – Sí, de hecho son prendas muy hermosas, le ha contestado Ramón Díaz. Tenga en cuenta que son modelos medievales, tanto los vestidos largos como también las capas. Son las damas miembros de la Orden Real Archicofradía de la Cinta. La ropa que admiramos constituye el uniforme de los miembros de la Orden caballeresca femenina.
– ¡Discúlpame, Ramón! he intervenido yo ¿Hablamos sobre la Orden de las Damas de Tortosa?
– Exactamente. A esta Orden me refería. Es la primer Orden caballeresca exclusivamente femenina. Pero hemos hablado sobre esto antes, ¿no?
– Sí, hemos hablado en ese entonces cuando me estaba documentando para la novela “Los Fantasmas de Tarragona”. Pero abriste un tema interesante, las órdenes caballerescas de las mujeres.
– A mí también me interesa, ha intervenido Cornelia. Después de que se acaba la procesión y la misa religiosa ¿me cuentan más cosas sobre estas órdenes de las damas españolas?
– ¡Con mucho gusto! ¡Es un tema muy querido para nuestra familia! le ha contestado Ramón, sonriendo orgulloso hacia su esposa, la señora María Isabela de B.
Lo he mirado inquisitivamente, sorprendido por sus palabras, pero sobre todo por su gesto de orgullo que no lo caracterizaba. Ha inclinado la cabeza sonriendo. Era una promesa que nos vamos a enterar de muchas cosas sobre las damas-caballeros ibéricos.
Por la noche hemos admirado los fuegos artificiales, junto con otras quince personas, desde la espléndida terraza de la residencia del señor y de la señora de Monbrera, ubicada en el dominio de las laderas montañosas del Este de la ciudad, sobre el castillo. Un espectáculo inolvidable. Así como inolvidable ha sido el ambiente de la cena, tarde en la noche, hasta las horas de la madrugada y las discusiones tan interesantes, condimentadas con un excelente humor ibérico, sutil, inteligente, hecho como para evidenciar la seriedad de los temas, entre los cuales también el caballerismo medieval femenino. En esta hermosa y cálida noche de septiembre, con una buena copa de vino de Tortosa, revivimos el ambiente medieval de Terres del Ebro escuchando historias menos conocidas contadas por Ramón Díaz de B. y Doña Isabela de Monbrera. Ni siquiera podría encontrar otro tema más interesante en esta noche llena de historia.
– La señora caballero, hidalgo… Genéricamente hablando se nos dirigió Ramón Díaz, la señora caballero era vista como mujer guerrera que llevaba escudo y espada. Creo que ese es el significado de las palabras, mirando hacia atrás. Siglos seguidos, empezando con la edad de piedra, las damas, mujeres hidalgos, han luchado con el arma en la mano entonces cuando tenían que defenderse para proteger a su familia. No era y no es una gran cosa, solo que nosotros, los hombres, por orgullo las vemos más…delicadas.
– Y sin embargo, hay tantas leyendas sobre mujeres guerreras, empezando con las amazonas, dijo Don Manolo.
– Tienes razón, querido mío, agregó Doña Isabela, la leyenda de los amazonas del Norte del Ponto Euxino tiene un doble mensaje. Por un lado, nos muestra que las mujeres han tenido cualidades de guerreras desde tiempos ancestrales. Por otro lado, las amazonas han sido la primera comunidad militar exclusivamente femenina de la historia. Esto implica una organización estricta, jerárquica, con un propósito preciso y misiones militares, dotación adecuada con armas. Parece que eran buenas conocedoras de la táctica, de la estrategia militar de aquellos tiempos.
– Ni siquiera podría ser de otra forma porque se dice que eran las hijas del dios de la guerra, Ares y lideradas por Hipólita y Antíope. Disculpas por completar, le ha dicho Ramón Díaz a su prima.
– Has hecho bien en intervenir, le ha contestado Doña Isabela. Así es, las amazonas han tenido tanto descendencia como también protección divina. Han formado parte de los elegidos para un noble propósito, bien definido en la vida terrenal. ¿Las podemos considerar como precursoras de las nobles órdenes caballerescas medievales?
– ¡Por supuesto! Le ha contestado Don Manolo, el esposo de Doña Isabela. ¿Me pregunto si tenemos antepasados del Ponto Euxino en lo que te concierne? Le ha dicho éste a su esposa mirándola con una sonrisa llena de ternura. ¿Ramón, tenéis antepasados allá?
– No está excluido, Manolo. Si aceptamos la teoría de la aparición del homo sapiens en el continente Africano y la migración histórica hacia Norte-Noreste, entonces con certeza tenemos antepasados al Ponto Euxino.
He seguido un poco sorprendido y confuso sus sonrisas que escondían el cambio de palabras.
Don Manolo ha notado mi asombro, pero ha continuado a sonreír sin ninguna explicación.
– La existencia y los hechos de armas de las mujeres guerreras han sido contados por los cronistas de manera frecuente a lo largo del tiempo, algunas de ellas de notoriedad en la historia, ha continuado Doña Isabela. Me refiero a la princesa del Bizancio Ana Comneno, Matilde de Canossa de Toscana, la reina Margarita de Anjou, Juana de Arco muchas otras incógnitas.
Desarrollando el tema, hay que hacer referencia a las damas miembros de las órdenes caballerescas medievales. Aunque en el marco de las órdenes caballerescas como la de los Templarios, la Orden Hospitalaria/Orden de San Juan, la Orden del Santo Sepulcro, la Orden de San Lázaro, y las otras órdenes militares religiosas, las mujeres cumplían cargos administrativos y sanitarios lo cual no es poca cosa. Las encontramos tanto en las campañas militares como también en fuertes, castillos y fortalezas que se encuentran en la primera línea de defensa de la cristiandad. Sobre todo aquí en la Península Ibérica, durante todo el período de la guerra de Reconquista y posteriormente.
– Creo que el ejemplo más elocuente es la leyenda del castillo de Zuda de Tortosa, dijo Don Manolo. ¿Nos puedes contar la historia de la batalla de Tortosa, Isabel?
– Con mucho gusto. Es una historia muy interesante y nosotros, las antiguas familias de hidalgos nos enorgullecemos de nuestros antepasados. Por lo tanto, esto es lo que ha sucedido hace siglos atrás aquí en Tortosa.
Después de la conquista del castillo de Zuda, en 1148, por el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, con la ayuda de los cruzados cristianos que se habían ido en la segunda cruzada, el castillo ha sido entregado para administración al conde de Montcada y a los caballeros templarios. Poco a poco, el castillo fortaleza ha sido renovado, reforzado con nuevos muros de defensa y se han construido otros anexos necesarios para la guarnición templaría.
A un año después de la conquista del castillo por los cruzados, los moros han organizado una incursión para la reconquista de la fortaleza Suda de Tortosa y en consecuencia para controlar toda la zona, Taifa. Así, en octubre de 1149, un ejército fuerte ha entrado en la ciudad de Tortosa, indefensa, y la población civil, en su mayoría siendo mujeres y niños, se han refugiado en la fortaleza de Suda.
En la fortaleza, la guarnición formada por un pequeño número de soldados y habitantes de la ciudad, han ocupado los puestos de defensa, decididos a luchar hasta que no quede ni uno en los muros de la fortaleza. Desde sus posiciones de batalla han observado con preocupación cómo los sitiadores, después de que han rodeado la fortaleza, se han preparado para conquistarla desde el primer asalto, sabiendo que las fuerzas de defensa eran insuficientes.
En el momento en que ha comenzado el asalto, desde la fortaleza se han escuchado ruidos muy fuertes, traqueteo de armas, gritos de batalla, dominando la atmósfera específica de guerra. Oyendo estos ruidos casi aterradores, los comandantes moros se han dado cuenta de que los defensores cristianos eran en gran número y que les habían tendido una trampa, y para que eviten una catástrofe, han ordenado el retiro y el abandono de la región.
¿Qué es lo que realmente había ocurrido? La leyenda dice que la ahijada[4] del conde Ramón, Melissa Isabela, ha organizado un pequeño ejército formado por mujeres que vivían en Tortosa. Las mujeres y los niños han traído desde la ciudad, desde sus casas, todos los objetos domésticos de metal (hojalata), y cuando los soldados desde los muros de la fortaleza han empezado a golpear sus escudos con las espadas, alentándose al inicio del asalto, las mujeres y los niños han golpeado los objetos de metal, generando un ruido ensordecedor que ha confundido a los atacantes. No se sabe quien ha tenido la idea de esta ingeniosa estrategia de confundir al adversario, tal vez el conde de Montcada, quizás los caballeros templarios, o a lo mejor la heroína Melissa de Salou. La estrategia de los defensores de Tortosa se ha vuelto con el tiempo una leyenda, igual como muchos otros actos de heroísmo de los habitantes de la provincia. De igual manera como la leyenda de Melissa Isabela de Salou. Hago un pequeño paréntesis y os relato la leyenda de Melissa, tal como la ha descrito en el libro dedicado a ella, Don Michael, nuestro invitado.
… A mediados del siglo XII, la hija de una familia de caballeros hidalgos de la región de Reus, Tarragona, la ahijada del gobernante de Cataluña, el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona, ha sido secuestrada por los moros. Tenía solamente cuatro años y ha sido criada en el harén del secuestrador, un general moro, quien le ha dicho que sus padres se habían muerto. En esa época Melissa ha pasado por momentos terribles, siendo obligada a comenzar su vida desde el principio: otros lugares que el castillo de sus amados padres y abuelos, nuevas reglas, nuevas costumbres, un nuevo idioma, una nueva fe. Con un rastro de esperanza de que encuentre a sus padres, en el cielo o en la tierra, ha decidido conservar su fe cristiana, orando por la noche en el idioma catalán. Y de esta manera ha soportado, aprendiendo al mismo tiempo todo lo que tenía que saber sobre las reglas y la fe musulmana. Es más, ha aprendido a luchar, preparándose para ganar su libertad más tarde.
Pero a la edad de casi diecisiete años, justo cuando había sido secuestrada nuevamente por otros moros para pedir rescate, fue salvada por su padre. Aunque no se conocían, ambos han escuchado la voz de la sangre, y volverse a ver, evidentemente ha sido una encrucijada del destino en la vida de la joven Melissa.
La nueva etapa de la vida de Melissa comienza por su participación, junto al Conde Ramón de Barcelona, en las batallas de Reconquista, liberando la fortaleza de Tortosa, donde ella ha sido retenida en esclavitud por los moros. En el asedio para la conquista de la fortaleza La Zuda por el Conde Raimundo, Melissa Isabela ha sido la guía del ejército cristiano y según se dice, ella ha iniciado el plan de defensa de la fortaleza un año más tarde, durante el ataque del ejército moro.
Impresionado por la ingeniosidad de las damas de Tortosa, por su valentía y su sacrificio, el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, ha constituido una orden caballeresca bajo el nombre de “La Orden de las Damas de Tortosa[5]”, o “Orden del Hacha”, en 1149. La Orden de los caballeros mujeres instituía los mismos privilegios como también las órdenes caballerescas que tenían como miembros a los hombres: exenciones de impuestos, honores espirituales, reconocimiento del carácter nobiliario de la orden y de sus miembros, el derecho a una parte de los bienes capturados a los enemigos moros, el derecho de los descendientes caballeros mujeres de convertirse en caballeros de la orden, etcétera. Cabe señalar que esta ha sido entre las primeras órdenes caballerescas femeninas del mundo, lo que muestra el papel de las mujeres guerreras en la Reconquista. Pero también el gran significado de los eventos heroicos de los años 1148 y 1149 de Tortosa, como ejemplo para las mujeres ibéricas en los siguientes siglos.
Doña Isabela ha permanecido unos momentos con la mirada perdida hacia la ciudad iluminada feéricamente y los pensamientos que se habían ido lejos, a lo mejor hacia esos tiempos heroicos, a Melissa Isabela de Salou y el sacrificio de las mujeres de Tortosa. Un momento de recuerdo, respetado por todos nosotros.
– Doña Isabela, ¿las descendientes de esas heroínas guardan la tradición también hoy en día? Cornelia ha hecho una pregunta cuya respuesta la esperaban muchos de los presentes.
– ¡Gracias, Doña Cornelia, por la pregunta! Sí, nosotras las descendientes de las heroínas de Tortosa, miembros de la honorable Orden de las Damas de Tortosa, orden militar honorifica, conservamos la tradición y seguimos con el prestigio, los rituales y las acciones tradicionales que hemos heredado. Tengo el gusto de que junto a nosotras hay algunas de mis nobles hermanas caballeros.
Un momento después también los hombres se han puesto de pie, y han saludado inclinando la cabeza a las señoras a las que había referido nuestra anfitriona.
– Hice esta presentación porque una parte de nuestros invitados no sabían sobre nuestra pertenencia a la orden, ha dicho Doña Isabela mientras que los hombres nos hemos sentado. La aclaración de Doña Isabela era necesaria para nosotros, los invitados de esta gran familia maravillosa.
– Nuestro uniforme es desde hace siglos un vestido largo de color azul cielo y una capa roja con capucha, teniendo impreso en la espalda el letrero heráldico: un hacha de batalla en un escudo. Somos una familia de hasta diez Damas caballeros, descendientes directas de las nobles combatientes de Tortosa y a medida que pasan los años, son recibidas en la orden nuestras descendientes llegadas ya a la edad mayor.
– El gesto del Conde Ramón Berenguer IV de constituir la orden nobiliaria femenina lo ha inspirado al Rey Juan I de Castilla a constituir en año 1387, La Orden de las Damas de la Banda. Durante el periodo turbulento de los años 1380-1400, cuando se cambiaban con frecuencia los reyes de los pequeños estados ibéricos, como también las fronteras entre ellos, ha intervenido en los conflictos armados también el duque de Lancaster, quien había empezado la ofensiva de conquista del reino de Castilla. El Rey Juan I de Castilla se había ido con el ejército hacia León, así que el duque de Lancaster avanzaba sin encontrar obstáculos. A finales del mes de mayo de 1387 ha llegado a Palencia, preparándose a entrar en el castillo. Para su gran sorpresa, el castillo ha resistido heroicamente siendo defendido solamente por las mujeres del asentamiento de Palencia. Para no caer en la trampa del rey Juan I, quien se dirigía hacia Palencia, el duque de Lancaster se ha retirado y de esta manera ha sido salvado el reino. Como muestra de gratitud por el heroísmo de las mujeres de la ciudad y para honrarles la valentía, el rey ha constituido en el mismo año, La Orden de las Damas de la Banda. Las Nobles Damas, miembros de la orden tenían muchos privilegios y el derecho de usar un collar de oro, reservado hasta entonces solamente para los caballeros varones.
– La historia conoce también otras órdenes honorificas destinadas exclusivamente a las mujeres, ha intervenido Doña Estera de Rontana. En el año 1792, el rey Carlos IV de España ha constituido la Orden dinástica La Real Orden de Damas Nobles de María Luísa[6], Gran Maestro siendo la reina María Luisa de Parma. El titulo de miembro de la Orden y la distinción relacionada se otorgaban exclusivamente a las mujeres nobles por logros y servicios excepcionales para el reino. La Orden goza de un gran prestigio incluso hoy en día.
En los siglos XVII y XVIII han sido constituidas varias Órdenes nobles honorificas religiosas que tenían y tienen como miembros a las señoras, damas nobles. Entre estas Órdenes son La Orden del Amaranta, La Orden de las Damas Esclavas de la Virtud, La Orden de las Damas para Honrar a la Cruz y otras.
– Por consecuencia, hablamos sobre las Órdenes caballerescas medievales, no sobre las de hoy en día. Porque las de hoy en día tienen que ser vistas y analizadas en una manera diferente, más compleja. La sociedad moderna ha dejado su huella también sobre las Órdenes caballerescas nobiliarias tradicionales, que tienen una existencia ininterrumpida desde la Edad Media hasta hoy en día. Las señoras de la Península han sido y son una presencia activa en el paisaje caballeresco y en la sociedad, como portadoras del espíritu de nobleza y caballerismo medieval, auténtico. Las castellanas podían ser y han sido, si era necesario, guerreras temerarias. Han formado parte del mundo duro, pero también romántico del caballerismo medieval, con profundo amor, expectativas y esperanzas, dramas y tragedias, pero también felicidad. Y el perfume romántico del caballerismo caído lo reencontramos en historias y leyendas personificadas en las nobles caballeros de hoy en día. Las tenemos aquí y las amamos y valoramos.
La voz de Don Manolo, lenta, profunda, nos ha dejado sin palabras. Un silencio lleno de misterio, de nostalgia por los días del pasado nos ha abrazado. Un silencio abrumador. “Extraño a Doña Melissa Isabela”, se ha escuchado la voz de Cornelia. “Yo también”, le ha contestado susurrando, Doña Isabela de Monbrera: “Extraño a Melissa Isabela, a la abuela, a las señoras de esos tiempos difíciles, pero hermosos”.
Fue una noche inolvidable aquí en las cercanías del castillo Zuda de Tortosa, reviviendo eventos misteriosos, heroicos de la historia ibérica. Ambiente de profunda nostalgia caballeresca al lado de verdaderas nobles caballeros, descendientes de las señoras, hidalgos cristianos que han defendido con heroísmo e inteligencia sus casas y familias.
Nótese bien. Hasta donde sabemos, el libro “Los Fantasmas de Tarragona” es la única narración-novela que describe todo el contexto militar en el cual han ocurrido los acontecimientos de Tortosa, con personajes concretos y que hace referencia también al tesoro moro.
*
Aunque la mayoría de las órdenes caballerescas religiosas de la Edad Media estaban formadas por nobles, caballeros hombres, hay constancia de manera excepcional de la presencia de las damas caballeros, dentro de la nobleza. La explicación consiste, por un lado, en la distinción que la Iglesia medieval hacía entre mujeres y hombres, incluso siendo nobles, y por otro lado, debido a las misiones particularmente difíciles, peligrosas, de las condiciones extremas de las campañas militares donde justo los hombres entrenados las enfrentaban con dificultad. No olvidar que la mayoría de las órdenes caballerescas eran órdenes militares y religiosas, con restricciones importantes.
Aun así, los actos heroicos de armas de las señoras de la nobleza han determinado a las familias reales a reconocer sus logros mediante la constitución para ellas de las órdenes de nobleza exclusivas femeninas. Órdenes que existen también hoy en día, en los países de tradición caballeresca (España, Portugal, Francia, Alemania), en honor a los miembros de estas órdenes. Órdenes que tienen reglas y rituales sin cambio desde hace siglos. Ellas tienen un carácter exclusivista y no se perciben impuestos.
En casi todos los países, en la época moderna se han establecido asociaciones femeninas populares con carácter espiritual, autodenominadas órdenes caballerescas, asociaciones masónicas o paramasónicas. Al mismo tiempo, casi todas las asociaciones espirituales han abierto sus puertas, el acceso de las mujeres es libre. Por la presencia de las mujeres en estas asociaciones neo-caballerescas, populares, entre las cuales también las neo-templarías, la comunidad neo-caballeresca se ha ganado mayor prestigio en el contexto de la opinión generalizada que las asociaciones neo-caballerescas, neo-nobles, empezando con el siglo XIX, son un espejo de la sociedad, adopta los valores morales y espirituales, cultura y la actitud del tiempo.
sept 2018 Barcelona
Michael R.Villmont
[1] Michael R.Villmont, Los Fantasmas de Tarragona, editorial Sf. Ierarh Nicolae, 2015
[2] La Santa Cinta de Tortosa. VIII Centenario 1178-1978. Mariano Jover Flix. Imp. Cooperativa Gráfica Dertosense, 1978. ISBN 84-400-5225-1.
[3] Wikipedia, Enciclopedia libre, https://es.wikipedia.org/wiki/Advocaci%C3%B3n_de_la_Virgen_de_la_Cinta
[4] Véase Michael R.Villmont,”Los Fantasmas de Tarragona”, 2015, editorial Sf. Ierarh Nicolae, editorial Multimedia Publishing (2018), editorial Amazon (2017).
[5] Manuel de Iñigo y Miera: Historia de las órdenes de caballería, pp. 93-96
[6] La Real Orden de Damas Nobles de María Luísa,Wikipedia, Enciclopedia libre,
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