Nota:La historia del caballero Rodrigo de Prades es creada por Michael Riche-Villmont, en la novela «El caballero Rodrigo de Prades «
El reinado de Jaime I de Aragón, entre los años 1213-1276, ha sido marcado por conflictos permanentes. Si en los primeros siete años de su reinado, el joven rey ha tenido conflictos con una parte de los nobles del reino, siendo secuestrado tres veces, en la Concordia de Alcalá de marzo de 1227, mediante arbitraje religioso, con la participación de los templarios, el rey ha ganado el caso sobre los nobles rebeldes, estableciendo una relativa paz en el reino. Esta reconciliación con la nobleza aragonesa ha permitido al rey desarrollar campañas militares para la reconquista de los territorios ibéricos que se encontraban bajo liderazgo moro. Sus éxitos militares y diplomáticos le han dado el apodo de “El Conquistador” y no de manera gratuita. Él ha desarrollado su personalidad, su espíritu organizativo, estratégico y cualidades personales bajo la guía del Maestre Guillem de Montredón, en la encomienda de los caballeros templarios del castillo de Monzón, Huesca, donde ha sido educado durante tres años, hasta 1217. La educación y los conocimientos militares estratégicos le han ayudado conseguir victorias en todas las campañas militares contra los moros.
El Rey Jaime I supo mantener sus aliados poderosos, entre los cuales una parte de los más influyentes, como también las Órdenes Caballerescas, bastante fuertes e influyentes en la época. Entre sus mejores aliados ha sido también la Orden de los Caballeros del Templo de Jerusalén, respectivamente los Caballeros Templarios, quienes lo han apoyado en todos sus momentos difíciles. Entre los caballeros templarios se ha destacado, además del Maestre de Aragón, Guillem de Montredón y el caballero Guillermo Rodrigo de Prades, quien se ha convertido en uno de sus nobles más cercanos, arriesgando su vida innumerables veces para defender al rey.
Nacido en el castillo de Vetéro[1], en una familia noble de la zona de las Montañas de Prades, parientes con el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, Guillermo Rodrigo de Prades ha seguido el mismo camino educativo como el rey, en la encomienda del Castillo de Monzón. Tras el ennoblecimiento en la Orden Templaría, Rodrigo de Prades ha sido enviado a la corte real, donde pasaria toda su vida sin renunciar a su pertenencia a la Orden de los Caballeros Templarios, el gran priorato de Aragón.
El Castillo de Monzón, el más importante bastión templario de Aragón, tiene una hermosa leyenda. Se dice que en la parte baja sobre la que se ha construido el castillo, hay un manantial al que se accede desde el interior del castillo a través de un túnel. El agua del manantial está encantada y los caballeros que metían sus espadas en el agua, a medianoche, se volvían invencibles frente a sus enemigos. Incluso Jaime I ha metido su espada en el agua del manantial y se ha convertido un verdadero guerrero, invencible.
El caballero Rodrigo de Prades, a su turno, ha lavado su espada con el agua encantada del manantial y así se ha convertido en uno de los más famosos combatientes de la época junto a Blasco de Alagón, los caballeros de la familia de Moncada, Artal de Luna, Rodrigo de Lizana, los caballeros de la familia de Cardona.
Estando al servicio del reino de Aragón como delegado de la Orden Templaría, el caballero Rodrigo de Prades se ha involucrado en el conflicto entre el rey y los nobles rebeldes, con el fin de negociar un acuerdo entre las dos partes. Pero su implicación en el conflicto atrajo el odio de algunos nobles, entre los cuales también Pelegrín de Ahonés, a quien consideraban su enemigo.
A una de las reuniones del caballero con los nobles rebeldes, Rodrigo de Prades ha conocido a la hija del noble Pelegrín y entre los dos jóvenes ha nacido un amor a primera vista. Su amor, cada vez más profundo, pero bien escondido, se hizo público en una circunstancia dramática y el drama siguió a los dos amantes.
La intervención del rey Jaime I a favor del caballero Rodrigo de Prades, en otra situación dramática,
fue la oportunidad de premiar al leal caballero con un magnífico regalo, que adquirirá valor histórico: una espada de Toledo, comandada por el rey personalmente e inscrita con el nombre del rey y del caballero Rodrigo de Prades. La espada, por supuesto, ha sido lavada con el agua mágica del manantial de Monzón, volviéndose invencible.
A partir de ese momento, el caballero Rodrigo de Prades nunca más se ha separado de la espada encantada, luchando con ella en la campaña de Mallorca en 1229-1230 y en las campañas de Valencia, de 1232 hasta 1245.
En el otoño del año 1228, el caballero Guillermo Rodrigo de Prades, herido, está tomado como prisionero por los piratas moros y se convierte en su esclavo, en la Isla de Mallorca. Fue un período difícil en su vida, que lo marcó profundamente a él y a su familia.
En 1229 el caballero Rodrigo participó en el asedio y conquista de la isla de Mallorca, bajo el mando del rey Jaime I. Su contribución a la conquista de esta isla ha sido muy importante, los soldados de Prades siendo los que han conquistado la primera torre de la fortaleza Madina, lo que provocó la caída del fuerte y de la ciudad en manos del ejército aragonés.
Siempre que resultaba herido en el campo de batalla, la espada perdida regresaba milagrosamente al caballero Rodrigo de Prades, como verdadero y legitimo amo de la misma. En todas las campañas, el caballero de Prades y su espada se han alzado como un escudo en defensa del rey Jaime I. El caballero ha atravesado momentos dramáticos, ha arriesgado su vida innumerables veces pero siempre ha logrado hacer lo que nadie más habría podido lograr, sus hazañas caballerescas, su coraje y valentía convirtiéndose en temas de las historias de los cronistas de la época y de las canciones de los juglares.
Junto al valiente caballero de Prades, han entrado en la leyenda su espada encantada, pero también su caballo Ado, quien le ha salvado la vida en innumerables ocasiones y su amigo fiel el perro Brice.
La leyenda del caballero Rodrigo de Prades ahora es conocida no solamente en la zona de las montañas Prades, sino en todo Aragón y Cataluña, como un homenaje al heroísmo caballeresco de la época medieval.
Autor Michael Riche-Villmont,
Sept. 2020 Copyright©2020
[1] Rodrigo de Prades es bisnieto de la legendaria heroína Melissa Isabela de Salou. Ves la novela «Los fantasmas de Tarragona», del autor Michael R. Villmont https://www.michaelvillmont.eu/es/los-fantasmas-de-tarragona-2/
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