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Los caballeros templarios y el casamiento – parecen ser dos nociones que no tienen nada en común, aceptadas como tal por muchos de los apasionados por el mundo del caballerismo medieval. Muchas personas sostienen el hecho de que los nobles caballeros templarios eran obligados al celibato (célibat, fr.), en base al juramento de castidad que daban al recibimiento en la orden. Es cierto que a través de las obligaciones que tenían los caballeros templarios aun desde el recibimiento en la orden, conforme a las reglas del Templo[1] y el estatuto conocido bajo la denominación de la Carta Latina del abad Bernardo de Claraval (complementadas por éste con otras reglas contenidas en la carta ”De laude novae militiae”), los nobles caballeros, una vez con la iniciación /el recibimiento en la orden, hacían juramento de obediencia, pobreza y castidad, en base al cual recibían todos los derechos de los caballeros templarios, empezando con el derecho de llevar puesto el manto blanco de la pureza física y espiritual. La toma de estos juramentos era la condición principal para la consagración en calidad de noble caballero del Templo, de vivir y actuar en común junto a otros caballeros en la encomienda. Prácticamente, la toma de los juramentos confería plenos derechos y obligaciones caballerescas seculares, incluso las de ocupar rangos y dignidades en la orden.
La Orden de los Caballeros del Templo tenía varias categorías de caballeros:
– los caballeros seculares, quienes dedicaban toda su vida a la orden;
– los caballeros al termino, recibidos en la orden por un período determinado de tiempo;
– los caballeros jubilados, con pensión vitalicia, quienes vivían en la encomienda junto a los demás miembros de la orden y ayudaban a los deberes administrativos o a la capacitación de los reclusos sargentos y turcopolis;
– los caballeros casados.
El estatuto de los caballeros casados ha sido establecido párrafo 52 de la Carta Latina, completado con otras disposiciones previstas en Reglas con respeto a propiedades inmobiliarias, el comportamiento de los miembros de la orden en encomiendas o en varios desplazamientos, etcétera .
Los caballeros seculares se podían casar con la aprobación del ”amo”. En nuestra opinión, la noción ”amo” debería ser entendida en el sentido de comandante soberano, lo que hace referencia al Gran Maestro. El Gran Maestro, personalmente o por delegación, tenía Fons Honorum[2] es decir el derecho de consagrar, proteger y reconocer un título nobiliario, recibido por la delegación de Jus Honorum del Soberano Pontífice (el derecho soberano de ennoblecer individualmente y de establecer órdenes nobiliarias/caballerescas). De esta manera, creemos que el derecho de aprobar el casamiento de unos caballeros nobles podía pertenecer también a los grandes priores de los reinos cristianos o a los priores regionales, a veces a los jefes de unas grandes casas templarías.
El mismo Gran Maestro o los grandes priores, creemos nosotros, tenían el derecho de aprobar el recibimiento en la orden de algunos caballeros nobles casados, quienes tomaban juramento de castidad.
Los caballeros casados llevaban puestos mantos de color negro, con cruz roja en el hombro y pecho y vivían fuera de las encomiendas. Durante las campañas, ellos tenían tiendas para acampar separadas de los caballeros regulares/solteros, comían separados, pero participaban en todas las actividades religiosas, administrativas y militares de la encomienda.
Al mismo tiempo, los caballeros casados tenían derechos restringidos de acceder a los rangos militares y a dignidades caballerescas, la duración de su compromiso siendo por un periodo indefinido.
Los caballeros casados tenían también un régimen separado de la propiedad personal, en especial de las propiedades inmobiliarias (tierras cultivables, bosques, granjas, castillos, etcétera). A su muerte, ocurrida bajo la bandera, los caballeros casados que tenían herederos dejaban mediante testamento una parte de la propiedad en beneficio de la orden. Si fallecían antes que la esposa, los bienes eran divididos entre la esposa y la orden.
Los caballeros casados tenían que soportar los gastos de armamento y dotación, incluso los tres o cuatro caballos, escuderos y sirvientes y pagaban el diezmo anual a la orden.
Su régimen se podía cambiar en cualquier momento, si sus esposas morían, y con la aprobación del ”amo”, tomaban juramento de castidad volviéndose caballeros regulares/seculares, portadores del manto blanco.
¿Por qué algunos nobles de sangre, casados, con familia, insistían formar parte de las órdenes caballerescas (la Orden de los Caballeros Hospitalarios, La Orden de los Caballeros del Templo, la Orden del Santo Sepulcro, etcétera)? Tenían los mismos motivos que han llevado a otros nobles a convertirse en caballeros guerreros de las órdenes militar-religiosas: la convicción de que tienen un deber de honor de defender la fe y a los peregrinos cristianos de la Tierra Santa y Península Ibérica contra los musulmanes; por el prestigio que las órdenes caballerescas medievales han ganado en los combates, pertenecer a estas órdenes era un gran honor en el mundo nobiliario; la oportunidad de participar en combates contra no creyentes, deber de fe de todo noble apto a portar armas y al mismo tiempo, era un acto de orgullo personal; la posibilidad de demonstrar su coraje, valentía y buen entrenamiento militar; era una prueba de la profunda fe cristiana y de la alta espiritualidad personal, etcétera.
Los nobles miembros de las órdenes caballerescas tenían una forma de vida especial, con sus propios valores morales, espirituales y militares, una forma de vida dura y modesta, conscientes de que podían perder la vida en cualquier momento, y aun así, lograban quedar conectados a las realidades sociales del lugar y de la época. Tenían a través del programa, tiempo libre, con suficientes posibilidades para desconectarse y divertirse. Pero también tenían una vida familiar. Sin mencionar que eran nobles, pertenecían a una categoría social de líder, con sus propios privilegios que ningún amo los podía restringir de manera arbitraria y exagerada. Los caballeros de las encomiendas combatientes tenían una vida militar, arriesgada, pero estaban en el medio de la sociedad, laica, militar y religiosa, con relaciones entre los nobles laicos del lugar. Los caballeros de las encomiendas del continente europeo, las de abastecimiento, tenían una vida familiar normal, casados o solteros, con viviendas cerca de las sedes de las encomiendas.
En cambio, mucho más drásticamente se aplicaban las reglas en lo que tenía que ver con los sargentos, turcopolis, sirvientes y los hermanos laicos.
Los caballeros y las castellanas
La fe, la valentía, el coraje y por qué no el amor de los caballeros cruzados de la Tierra Santa, calidades morales y espirituales medievales han sido elogiadas y difundidas en el mundo cristiano por los cronistas de la época y cantantes/trovadores ambulantes empezando justo con el siglo XI, una vez con el desarrollo de las órdenes caballerescas. Poemas[3] ingenuos que combinaban hechos heroicos reales con otros inventados, han sido puestos en música por los menestreles y trovadores, tal como ha pasado con el Cantar de Rolando[4], que apareció a mitad del siglo XI (sobre el heroísmo de los caballeros del rey franco Carlos Magno).
El autor franco medieval conocido bajo el nombre Chrétien de Troyes[5] (el lugar donde ha vivido su infancia Hugues de Payens) ha escrito alrededor de los años 1150 novelas heroicas como ”Yvain, el Caballero del León”, ”Lanzarote, el Caballero de la Carreta”, ”Perceval o el cuento del Grial”. La denominación de caballeros del Grial se usaba en la época para los caballeros del Templo /templarios.
Literatura, pequeñas obras de teatro, los cantos de los menestreles han inventado y promovido una multitud de leyendas románticas de coraje, valentía y amor sobre los caballeros y el caballerismo medieval, leyendas que han llegado hasta nuestros días. El tema del caballerismo ha fascinado el mundo siglos tras siglos siendo abordados en las artes (pintura, escultura), en arquitectura de los fuertes y de las iglesias, en la música clásica.
Vamos a ver algunos ejemplos.
”El Cantar de Rolando” (real, el caballero de Montabaun), sobre cual hace referencia aun desde el siglo XI, describe los hechos de valentía del caballero Rolando, muerto en el año 778 D.C. El poema fue la base de la novela Don Quijote de Miguel de Cervantes y ha inspirado al compositor alemán Georg Friedrich Haendel como héroe principal en la ópera”Rinaldo”, compuesta en 1711.
La novela”Tristan et Iseut”[6] /Tristán e Isolda, conocida con dos versiones, una del autor Thomas d’Angleterre, tragedia que tiene como tema la leyenda adúltera del caballero Tristán y de la princesa Isolda de Bretaña. La leyenda de los dos enamorados precede e inspira la leyenda de los Caballeros de la Mesa Redonda, del amor entre el caballero Lanzarote y de la princesa Ginebra.
La tragedia de los dos enamorados, el caballero Tristan y la castellana Isolda ha impresionado al compositor del caballerismo medieval Richard Wagner, quien ha escrito la conocida ópera”Tristán e Isolda”, en 1865.
La novela”Perceval o el cuento del Grial”, del autor Chrétien de Troyes, hace referencia directa a los Caballeros Templarios y a su lucha por la defensa del Santo Grial. El romaticismo de las artes, de la literatura, al movimiento intelectual del siglo XIX hizo que los grandes creadores de estos campos vuelvan a los valores medievales, a las leyendas y al heroísmo caballeresco. La leyenda del Santo Grial ha sido una de los temas más populares, inspirando la aparición de muchas otras historias legendarias relacionadas con los Caballeros del Santo Grial. Es por eso que la novela ”Perceval o el cuento del Grial” fue la base de muchas otra obras literarias, algunas obras de arte y obras musicales. En el año 1882, Richard Wagner ha presentado la ópera”Parsifal”, un espléndido elogio para el caballerismo medieval, ópera basada en la novela en versos (escrita en 1200) del poeta Wolfram von Eschenbach (también inspirado en la novela de Chrétien de Troyes). El poema de Wolfram von Eschenbach fue también la base del libreto de otro gran trabajo de Wagner, la ópera ”Lohengrin”.
A partir de estos pequeños ejemplos vemos que la vida de los caballeros cristianos, los valores que han adoptado y defendido, se han convertido en parte de lo que llamamos el espíritu caballeresco y han influido la vida social por siglos, incluso bajo los aspectos más bellos de la espiritualidad: el arte, la música, la literatura.
Autores: Eva Cornelia y Michael Riche-Villmont
Copyright texto© 2020
[1] Véase http://www.templum-aeternum.net/articles/regle/saint-bernard-et-la-regle-du-temple.html
[2] https://www.nobility-association.com/ordersofchivalry.htm
[3] Wikipedia, Enciclopedia libre:https://fr.wikipedia.org/wiki/Litt%C3%A9rature_fran%C3%A7aise_du_Moyen_%C3%82ge
[4] Michel Zink : 1.Littérature française du Moyen Âge, PUF, col. « Quadrige », Paris, 2004 (ISBN 2-13-054673-0), 2.Introduction à la littérature française du Moyen Âge, Livre de Poche, 1990 ;
[5] Ibídem
[6] 1.Jacques Chocheyras, Philippe Walter, Tristan et Iseut : genèse d’un mythe littéraire, Paris, Honoré Champion, 2019, 266 p., (ISBN 978-2-85203-551-5
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