La Orden Militar de Cristo

Extracto de la obra histórica «San Bernardo  de Claravaly Las Órdenes Caballerescas»

La fundación de la Orden Militar de Cristo[1] ((Ordem Militar de Crist , originalmente Ordem dos Cavaleiros de Nosso Senhor Isus Cristo)

La Cruz de la Orden de Cristo, símbolo que adornó, entre otras cosas, las naves portuguesas durante los Descubrimientos. De Nuno Tavares – Esta imagen vectorial fue creada con Inkscape, y luego editada manualmente, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=481757

El rey Denis I de Portugal ha tenido la misma posición frente al edicto de disolución de la Orden de los Caballeros Templarios, igual que el rey  Jaime de León y Castilla. No nos equivocamos si afirmamos que los dos reyes se han consultado y han adoptado una posición común con respeto al Papa. Nos basamos en esta afirmación en el hecho de que sus relaciones se han mejorado después del año 1310  y sus intereses comunes de defensa contra los moros  han tenido  prioridad acerca de la decisión del Papa Clemente de disolver una de las principales fuerzas militares. Y su posición ha tenido las mismas características: han rechazado inicialmente poner en práctica el edicto papal, luego han pospuesto la disolución de la Orden, y al final, para no perder esa importante fuerza militar, cada uno de ellos han aceptado la fundación de una nueva orden caballeresca. Han pensando la fundación de esta Orden para tomar a los caballeros, a los sargentos y a los capellanes templarios, pero también las propiedades de estos.

Pero, el más importante aspecto, ambos reyes han solicitado el apoyo de la Orden Cisterciense  para elaborar los estatutos de las nuevas órdenes caballerescas, para la organización  del reconocimiento papal, como órdenes de inspiración cisterciense.

Por último, podríamos creer que se han cambiado solamente las denominaciones de las órdenes caballerescas  y los grandes maestres, porque las reglas básicas, la ropa, las misiones, pero también los comandos han quedado aproximadamente las mismas que las templarías.

El legado papal, y mediante él el Papa, también estaban interesados como el rey Denis I, de la fundación de la orden caballeresca, mediante este hecho transferían las propiedades de los templarios y se disolvía por fin la Orden Templaría.  De esta manera, había en juego justo el prestigio y la autoridad papal en la Península Ibérica. Por eso, el legado papal ha aceptado todas las condiciones puestas por el rey con respecto a la nueva orden religiosa y militar. Al mismo tiempo, el Papa era consciente que los dos reyes, Jaime II de Aragón y Denis I de Portugal, han coordinado sus posiciones acerca del edicto papal de disolución de la Orden Templaría, sus intereses de defensa  siendo en contradicción con el edicto papal. A lo mejor había recibido informaciones en este sentido de parte de sus representantes papales a la corte de los dos reyes.

Denis I ha obtenido el apoyo de la Orden Cisterciense para la elaboración del estatuto de la nueva orden caballeresca y el apoyo de su solicitud ante el Papa Juan XXII. Era un compromiso hecho tanto por el rey Denis como también por el Papa, pero no era su último compromiso en la resolución de ese asunto, de orgullo, por último.

Por lo tanto, en el año 1317, el rey Denis I ha dispuesto con el acuerdo del legado papal y la participación de la Diócesis de Faro,  la fundación de la Orden „ de los Caballeros de Nuestro Señor”, Ordem dos Cavaleiros de Nosso Senhor Isus Cristos. El distrito general de la Orden se encontraba en el pequeño fuerte Costro Marim,  cerca de Algarve,  localidad ubicada en la parte de Sur-Este del reino. La Orden se ha vuelo funcional en el verano del mismo año, cosa fácil de realizar, teniendo en cuenta que era un sucesor de la Orden Templaría  solamente formal, prácticamente era la misma Orden con los ajustes requeridos por las circunstancias político-religiosas e históricas del momento. Sin embargo ha surgido un cambio en lo que concierne Magister generalis.  Éste era nombrado rey, y más tarde, comenzando con los años 1400, el nombramiento se hacía directamente por el Papa.

Como consecuencia, dos años más tarde, en el año  1319, el Papa ha permitido la fundación de la  Ordem Militar de Crist, por medio de la Bula papal “Ad ea ex Quibuis”, emitida poco antes de la fiesta de Pascuas.

La Orden tenía como patrón espiritual a San Benedicto, y como  magister generalis  ha sido nombrado un caballero de la Orden de  Avis, Gill Martínez.

Las reglas contenidas en la constitución de la Orden han sido elaboradas por la Orden Cisterciense, según el modelo ya consagrado de los caballeros templarios de las órdenes españolas, la de Calatrava, Alcántara y recientemente la de  Montesa.

La vestimenta que llevaban puesta los caballeros era la nobiliaria (pantalón pegado al pie, botas o botines, camisa y chaleco), encima de la cual llevaban puesto un manto blanco con una cruz roja.

La Orden de los Caballeros de Cristo tenía la misión de defender el reino de Portugal contra los moros, participando en las expediciones y combates en donde sea necesario sobre el territorio ibérico ocupado por los musulmanes. Esto significa en la visión del Papa, la colaboración de todas las órdenes caballerescas cristianas de la península, órdenes que accionaban bajo su autoridad.

La elección del lugar  Costro Marín ha tenido como razón principal fortalecer la frontera del Sur del reino. En el centro y Norte del país, regiones menos expuestas a los peligros externos, existían ya comandos templarios, tomados de la nueva Orden.

Después de la muerte del rey Denis, en 1325, el hijo de éste, Alfonso IV, ha tomado el reino y ha tenido un reinado relativamente tranquilo, sobre todo después de la victoria obtenida en 1340, en la confrontación violenta de  Rio Salado. Derrotando a los moros, ha obtenido una seguridad bienvenida a la frontera del Sur del reino. Durante su reinado, las órdenes caballerescas han beneficiado de privilegios obtenidos anteriormente, sin otros nuevos gestos reales de reconocimiento. Desde 1357, el trono real le ha quedado a su hijo Pedro I. Éste ha cambiado el distrito general de la Orden militar de Cristo a Tomar, al castillo templario. La mudanza se ha hecho después de un año de la coronación de Pedro, pero aparece en algunos documentos, como siendo realizada por el Gran Maestre  Rodríguez Nuños, en 1366.

Un momento importante en la historia de la  Ordem Militar de Crist  lo constituye el nombramiento como Gran Maestre del príncipe Enrique de Avis y Lancaster, Duque de Viseu, llamado Enrique (Henry) el Navegante[2] (Enrique o Navegante).

El hijo del rey Juan I, el príncipe Enrique ha sido nombrado para liderar la Orden, como magister generalis, en 1417. Desde ese año, conforme a un decreto papal, la Orden sería liderada por los miembros de la familia real.[3]  Y desde 1551, por medio de la bula papal, la Orden ha pasado bajo total autoridad real.

Enrique el Navegante era una persona enérgica, apasionado por conocer y buscar lo nuevo y  lo bello en el arte y en la naturaleza.  No se ha destacado por estrategia militar y pensamiento político estratégico, aunque ha participado en la expedición de su padre en Marruecos y la conquista de la fortaleza de Ceuta. La fortaleza se ha vuelto en un lugar estratégico y punto de salida que Enrique y su Orden caballeresca  la han usado  para la realización de los viajes hacia África. Se dice que el maestre  Enrique ha organizado la venta de los esclavos árabes en África, a las diversas tribus de la costa del continente.

Para la realización de los viajes sobre el mar, Enrique  ha constituido una pequeña flotilla, los barcos de la Orden viajando a lo largo de las costas de África, más allá de Gibraltar, hasta la costa del Oeste de Marruecos. Las principales acciones militares que los caballeros y los marineros de la Orden han hecho, han sido con los piratas moros, quienes atacaban y robaban los puertos ibéricos.

A la muerte del rey Juan I, el padre de Enrique, al trono del reino ha subido Eduardo, el hermano de Enrique,  hombre con una rica cultura, atraído por el arte, la música y la literatura. Viendo la pasión de Enrique para los viajes, su hermano, ya rey, lo ha animado y lo ha apoyado en permanencia. Es más, Eduardo ha dado a la Orden de los Caballeros de Cristo, muchos privilegios. De esta manera, la Orden era exenta de cualquier tasa sobre las propiedades que tenían en Algarve, en Diócesis de Faro, localidad ubicada en la costa del Sur del reino, algo más al Noroeste de Gibraltar.

Para clasificar las relaciones entre los comandos en el interior de la Orden, en 1421 Enrique  ha adoptado un nuevo estatuto, el de la Orden de Calatrava,  en este modo transformándola en una Orden con específico ibérico. Las transformaciones hechas en el interior de la Orden eran necesarias  también debido al hecho de que el rey  Eduardo ha extendido la competencia territorial, militar y religiosa de la Orden, fuera de los territorios del reino, respectivamente también sobre nuevos territorios, descubiertos por los navegantes de la Orden.  Esto  ha atraído la  buena voluntad del Papa Nicolás V y de su sucesor, Calisto III, interesados en difundir el catolicismo en el marco de las tribus africanas. Por medio de los edictos de 1454 y 1456, los navegantes de la Orden de los Caballeros de Cristo tenían que declarar los nuevos territorios descubiertos por ellos, como territorios diócesis nullius, bajo la autoridad del monasterio  Santa María de Tomar.

El rey  Eduardo ha otorgado también otros privilegios a su hermano Enrique. De esta manera, la Orden de Cristo recibía cinco porcentajes del beneficio que se obtenía por el comercio con los territorios descubiertos por sus marineros, como también el derecho de monopolio de autorizar las expediciones marítimas al Sur del Cabo Bojador, ubicado en la costa del Oeste de Marruecos.

Estos privilegios han llevado al enriquecimiento de la Orden, lo que ha facilitado la organización de las expediciones por cuenta propia. Los miembros de la Orden, constructores de barcos, han inventado un nuevo tipo de barco, carabela.  A comparación con los barcos antiguos que tenían un solo mástil, la carabela tenía dos o tres mástiles, con vela fácil de manejar y el fondo plano, para navegar hasta la costa, en aguas pequeñas. Ha sido una verdadera revolución en la navegación  lo que ha llevado a la expansión colonial de Portugal. De la carabela  inventada por  Enrique, colocándole armamento, se ha construido la  carabela de Armada,  barco militar, para los combates en el mar.

Del nombre de la Orden y de su maestre están relacionadas las expediciones y los descubrimientos territoriales, como por ejemplo las Islas Azores, Cabo Verde, Guinea, etcétera. Al Orden se le debe  el establecer y el controlar las principales rutas marítimas de Europa hacia el Oriente.

La mayoría de los grandes navegantes portugueses, en el periodo de los descubrimientos geográficos, eran miembros de la Orden y navegaban bajo las dos banderas: la de Portugal y la de la Orden de Cristo. Incluso Cristóbal Colón  tenía sobre el mástil la bandera de la Orden de Cristo.

Observamos que la Orden de los Caballeros de Cristo ha recibido también otras misiones que las tradicionales, de lucha contra los moros por ejemplo de descubrimiento de nuevos territorios y ocuparlos en el nombre del reino de Portugal y de la fe católica. Con todo esto, los comandos militares han continuado a participar en los combates de defensa contra los musulmanes en la península ibérica.

Durante los siglos que han seguido, la Orden de Cristo ha sido en la primera línea para la extensión y la defensa del sistema colonial portugués, contribuyendo a la civilización de muchas zonas de África. Los militares de la Orden han intervenido en las colonias contra algunos levantamientos, pero también para proteger a los portugueses colonizadores.

La Orden de Cristo, como era nombrada de manera corriente, ha existido como  una Orden Caballeresca, militar y religiosa, hasta el año 1834, cuando han sido disueltas todas las órdenes caballerescas portuguesas.

Ha sido refundada en 1918, como Orden honoraria de gran prestigio, el jefe de la Orden siendo el Presidente de la República.

*

La contribución de San Bernardo de Claraval a la espiritualidad de la Edad Medía, al desarrollo del pensamiento religioso mediante sus ideas innovadoras, por la organización  de un nuevo modelo administrativo del clero católico, el de la Orden Cisterciense, es unánime reconocida, volviéndose uno de los más importantes prelados de la historia.  El reconocimiento ha llegado solamente mediante su canonización en el año 1174  y el otorgamiento del título honorario de Padre y Doctor de la Iglesia, sino también por su elección  como patrón espiritual del Gibraltar, de varias órdenes caballerescas, comenzando con la Orden Templaría, como también la institución de su celebración anual en el día 20 de agosto.

Mediante el apoyo otorgado a las órdenes caballerescas  por él personalmente, como también por la Orden Cisterciense por apoyar a las cruzadas, lo podemos llamar así sin equivocar, un Caballero de la Iglesia y el Patrón del caballerismo.

San Bernardo de Claraval ha tenido una mente inquisitiva y maravillosa y una conducta  pragmática, un alma de cristiano verdadero, un corazón de luchador en un cuerpo  frágil, de ascético, vestido con una sotana blanca  de la pureza espiritual y material. Quizá se ha equivocado a veces, porque ha sido hombre, pero su pensamiento era siempre a la ascensión por la fe verdadera en Cristo, y por sus acciones materiales se ha esforzado para cumplir su destino.

BIBLIOGRAFÍA

[1] Jean-François Labourdette, professeur émérite à l’université Charles de Gaulle – Lille III, “L’Ordre du Cristo u l’esprit de croisade perpétué”.

 

[2]Richard Henry Major, The discoveries of Prince Henry, the Navigator, and their results, 1877, London: Sampson, Low, Marston, Searle and Rivington.

 

[3]  Ordem de Cristo, in Infopédia (em linha), Porto: Porto Editora, 2003-2014.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *