Antes de hacer algunas apreciaciones sobre el tema del libro, me he preguntado en qué categoría colocarlo. Verás por qué empiezo con esto. He pensado que podría ser un libro histórico, porque se refiere a eventos del siglo XII, a la primera cruzada cristiana, la aparición del Reino de Jerusalén, la constitución de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, que más tarde se ha convertido en la Orden de Malta. Podría ser, de igual manera, un libro de acción y de misterio, porque la vida de los caballeros de la época se caracteriza por acciones militares, de misteriosa caballería, con visiones y sueños premonitorios. O podría ser un libro policiaco, porque una gran parte del tema es solamente una acción policiaca desarrollada hoy en día.
Acción determinada por el antiguo cetro, símbolo de la caballería. Y para que el dilema sea más grande, los eventos históricos, las acciones de caballería y las policiacas están descritas por el autor bajo…el cetro del amor. Del amor que une los personajes principales y sus familias, a esposos, hijos y a sus descendientes a través del tiempo. Es decir, es un libro de amor, teniendo como héroes a los antiguos y nuevos caballeros, quienes participan en los eventos históricos a través de sus acciones de caballería y policiacas, desarrolladas en diferentes épocas y atadas entre sí mediante los mismos valores espirituales, por medio de lazos familiares y amor filial. Una verdadera saga de la familia de Chamont, de Provenza.
El autor Michael Riche–Villmont nos ha acostumbrado a través de sus libros, con temas que traspasan el tiempo y se desarrollan en diferentes épocas, separados por siglos, pero presentados en una continuidad y asombrosa lógica que desafía las leyes del espacio y tiempo. Pero no así las leyes espirituales, porque estas son la conexión natural de los eventos, acontecimientos e intrigas de diferentes épocas. El autor utiliza las vías espirituales, los sentimientos y las emociones para facilitarnos un viaje en tiempo y espacio y para participar en los eventos descritos como si fuéramos personajes del libro. A todo esto se añaden también muchos datos reales, atestados históricamente sobre los períodos descritos, sobre los personajes y los eventos históricos que percibimos como perteneciendo al día de ayer, no a siglos pasados.
La novela “El Cetro de los Caballeros Hospitalarios” es una saga de una antigua familia francesa, a quien el autor le ha atribuido la participación en los principales eventos de ese siglo XII. Digo esto porque la historia de la familia continúa y está descrita en la siguiente novela “El Medallón Hospitalario”. La familia de Chamont es una ficción, pero podría haber existido en realidad. Y seguramente, hubo y hay muchas otras más familias así que se parecen a las descritas en el libro. La historia comienza hoy en día. El dominio de la familia, ubicado en Provenza, es el lugar donde se intenta robar un cetro, una copia del Cetro de los Caballeros Hospitalarios. El joven doctor Phillip de Chamont y su padre, desarrollan investigaciones junto con la policía para encontrar al instigador de esa tentativa, donde han resultado víctimas. Es el momento en el que se hacen preguntas sobre el verdadero cetro de la Orden Hospitalaria de Malta, y el joven Phillip empieza la documentación en relación con ese valioso símbolo de los hospitalarios. A lo largo de la documentación, el joven recibe la confirmación de que sus antepasados han sido caballeros hospitalarios y más que eso, se entera de que el primer señor de Chamont, Simón, ha contribuido directamente a la constitución de esa famosa Orden de caballería. El lector participa junto a los personajes principales a todas las etapas de constitución de esta prestigiosa Orden, que todavía existe en la actualidad.
La vida del primer señor de Chamont, el caballero Simón, es un tema digno de una novela, o de una película. Simón ha sido el hijo de una criada de la corte de los condes de Provenza, y ha quedado huérfano antes de entrar a la adolescencia. Siendo forzado criarse en los establos del castillo, ha sido cuidado por el administrador de los establos, quien se ha encargado también de su educación. Educación parecida a la de las familias de la nobleza, a la cual el niño Simón ha tenido acceso solamente por la buena voluntad de ese cuidador de caballos. Debido a su méritos y su conducta leal, el joven Simón gana la simpatía de sus dueños, el conde y la condesa de Provenza, quienes lo aceptan en su guardia personal. Una vez más el joven se destaca por sus hechos asombrosos, salvando la vida de la hija de estos y llama la atención de una de las damas de honor, Melanie, ella misma miembro de una familia noble. No pueden controlar sus sentimientos, a pesar de las diferencias sociales que hay entre ellos, así que se enamoran y la joven queda embarazada. De manera inexplicable, incluso misteriosa, se benefician de la indulgencia de los señores y reciben el permiso de casarse. Al mismo tiempo, para evitar la opresión de la corte, Simón recibe tanto el título de caballero, como también el dominio de Chamont. Endeudado, él acompaña al conde de Provenza a la primera cruzada y participa a la conquista de Jerusalén, teniendo como misión defender la vida de su amo.
Después de la conquista de Jerusalén, Simón de Chamont participa al establecimiento de la Orden de los Caballeros Hospitalarios, junto al padre Gerard, el fundador de la Orden. Luego, como uno de los jefes hospitalarios, se regresa a su dominio de Provenza y actúa para el establecimiento de las nuevas comandancias de la caballería. En todos los lugares donde ha estado, Simón de Chamont ha participado en acciones militares peligrosas, estando varias veces en peligro de muerte. Su vida es una verdadera aventura, con acontecimientos imprevistos llenos de misterio y magia, con dramas al límite de la sobrevivencia, pero también con mucho amor, que le ilumina los caminos de regreso a la familia. Su hijo, Phillip, ya mayor de edad, se convierte a su turno caballero hospitalario y hereda de Simón capacidades misteriosas, paranormales, que le servirán para ayudar a la gente de su alrededor. Después del paso de los años, la familia se reúne en el dominio, pero se ve obligada participar a la lucha contra los corsarios árabes y Simón de Chamont, el héroe, el salvador de sus amos, el caballero de élite, está gravemente herido.
El joven doctor Phillip, el de nuestros días, por medio de las mismas capacidades paranormales, llega a conocer el drama de su antepasado e intenta salvarlo, viajando por el tiempo, de regreso. Pero ¿por qué justo él? Nos enteramos la razón por una afirmación de uno de los personajes : En la familia de Chamont, la de Provenza existirán a lo largo del tiempo otras personas, pero las mismas almas. Y nos vamos a reconocer con facilidad entre nosotros, en nuestras futuras vidas.”
El tema es bastante interesante y atractivo, una sucesión de dramas llenos de suspenso, en el cual el misterio y la magia marcan los principales momentos de la vida de los personajes. El final del libro es de una intensidad y un dramatismo especial, que contiene una aclaración de los acontecimientos de toda la vida del caballero Simón de Chamont. Pero también de la vida de la familia de Chamont de hoy en día.
Los dos planes temporales de las acciones, en la sucesión natural, nos presentan las modalidades por medio de las cuales la familia asegura su continuidad en el tiempo. Es decir, a través de los valores espirituales que promueven los abuelos y los padres y educan a sus descendientes, a través de los logros alcanzados en beneficio de la comunidad que las generaciones, una tras otra las consolidan y amplifican, a través de la reputación, el prestigio y el valor de cada uno de los descendientes. Es el mensaje que el autor nos trae de las antiguas familias, ejemplificando con las provenzales.
Podría decir que por medio de la descripción de la manera de vivir de las dos generaciones de la familia de Chamont, el autor refleja dos mentalidades, dos conjuntos de valores, los medievales y los modernos, dejándonos a nosotros los lectores escoger de ambas civilizaciones, los valores que apreciamos. Tenemos también la libertad para conservarlos, para asimilarlos.
El título del libro, preservado también en rumano, no ha sido escogido por casualidad, el autor evidenciando el significado de la noción cetro, “dignidad, autoridad, poder, etcétera”(Dex). Los libros que tienen como tema el cetro, ya han sido escritos antes, se han hecho también películas, en los cuales el cetro era buscado por sus grandes poderes mágicos. Por ello este libro es, creo yo, el único que nos muestra que el cetro está en cada uno de nosotros y lo podemos poner en evidencia entonces cuando tenemos logros notables en la comunidad de la cual formamos parte. Entonces cuando llegamos personas valiosas, de buena educación, moral, preparación, nos convertimos nosotros mismos en un cetro moral. De la familia y de la comunidad. A lo mejor este es el mensaje del libro. De esta manera se explica el porqué al principio de la reseña he tenido el dilema con respeto al libro.
La vida del caballero Simón de Chamont, llena de imprevistos, de dramas, en la cual la fe, el misterio y la magia se entrelazan, me hace pensar en la relación entre la acción humana y el destino; entre el origen social y transformación; entre religión y fe; entre egoísmo y lealtad. Pero sería demasiado intentar una respuesta para cada una de estas relaciones, demasiado filosófico y tampoco sé si sería capaz de hacer eso. Solamente sé que todas estas respuestas, verdaderas, o simples especulaciones, las puedo encontrar en la verdadera familia, caracterizada por las relaciones normales, de amor y respeto entre padres e hijos, en la educación de los hijos según el viejo sentido común. ¿O no? Porque siempre los hijos son el espejo del alma de los padres. Aquí me hago una pregunta, que seguramente se hicieron también otros lectores y a la cual no sé contestar: las antiguas familias, las de cientos y cientos de años, las que han hecho historia, las familias nobles y no solamente, de intelectuales, artistas, agricultores etcétera ¿no forman parte del patrimonio nacional? ¿No representan ellas también la tradición, la permanencia y la continuidad? Y sobre todo, ¿no son ellas una parte de los antiguos valores morales de la familia, de la cultura local y nacional? Es una pregunta retórica, por supuesto y un pequeño comentario. Un plus de color, de vida traen al tema del libro los personajes mudos, el cachorro Brice, quien embellece la vida de sus amigos humanos y el caballo Aris, quien ha salvado la vida de su compañero de batalla, Simón. Amémoslos porque es el amor que les debemos a estos seres fieles, como respuesta a su amor total y desinteresado.
El libro me ha gustado y tengo dos ejemplares que guardo en la biblioteca. Uno para nosotros, los padres y uno para los hijos, para que entiendan lo que significa la familia. Y para que aprendan que cualquier libro es un universo que nos espera para ser descubierto. Que se enteren lo que las familias de intelectuales, algunas de ellas, tenían escrito en el blasón: ¡Nobilitas Librum! ¡La Nobleza del Libro! Porque desde allá viene Nobilitas Spiritum, de la nobleza del universo del conocimiento y de la sabiduría y los guía según su fortaleza, voluntad y conocimiento también a aquellos que están en el comienzo de su camino. A los principiantes curiosos e interesados, tal como son los autores mismos y nosotros, los lectores y cómo quisiera que estén también mis hijos.
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